No sólo de amargas quejas vive el hombre, pero casi

Vuelvo a abrir el Querido blog: para apuntar que no sólo de sorpresas desagradables están hechos los vínculos. Me acaba de responder una serie de mails una persona famosa (ella) en mi ámbito ¿laboral? por su extrema colgadez y desapego con algunas normas elementales de las relaciones sociales. Su efecto enunciativo de genuino interés, ánimo y disposición a la ayuda me tiene conmovida. (También me han respondido generosamente otros mails pedigüeños, coligo que internet es mi hábitat natural).

Ahora sí, la queja: mi sacrosanta carrera ha vuelto a demostrarme que hará hasta lo imposible para limitar in extremis cualquier tipo de éxito académico que me proponga (por humilde que sea). No voy a cambiar toda mi vida para que ustedes no me escuchen, muchachos... Gracias por nada, eh.


PD. Necesito hacer aclaraciones adicionales porque el Querido blog: lo leen personas inteligentes que despliegan estrategias abductivas que señalan a otra persona otra que suele ser mentada por aquí como enviadora de mails. Yo ni siquera lo había pensado. ¡Qué increíblemente efectivos son algunos antídotos!

Te invito a mi fiestita... ¡Disculpame si no me levanto!

En este mismísimo momento en Utilísima hay un señor igual a Narciso Ibañez Menta que se presenta como tanatólogo, explicando cómo organizar el evento más importante de nuestra vida: ¡funeral y sepultura! (Está mencionando, entre otros alegres tópicos, cómo remover la descomposición final del cuerpo).

Hay un médico digno de una peli de George Romero que mira fijo a cámara sin pesteñear mientras explica que son necesarias técnicas mínimamente invasivas para evitar (¡y dale!) la descomposición en climas cálidos.

Con el retorno del tanatólogo, se abandona la entrada del cementerio para continuar la explicación en una falsa morgue con falsos cadáveres (¿cuánto habrán pagado ese bolo?).

El Jefe de la morge de la Facultad de Medicina, experto en tanatopraxia, informa ahora cómo movilizar el cuerpo del occiso a pesar de la rigidez cadavérica y cómo se trata de lograr la mayor similitud posible entre el fiambre y su imagen en vida.

El maraviloso programa explica que nos podemos "velar" como nos vemos en vida. De hecho, incorpora algunos testimonios: "Me gusta estar siempre espléndida. Ya me saqué la foto con el maquillaje que quiero en mi despedida final".

A ver si me explico... "La muerte es una vida infinita... y sin límites", dice el separador de "De aquí a la eternidad". ¡Es un programa! ¡Dios de dios de dios! El camarógrafo juega con todos los tipos de planos del tanatólogo entre las bóvedas, está editado con musiquita monofónica del Himno a la Alegría, con sobreimpresos en postproducción y narración en off de documental. ¡Es un infomercial de la industria de la muerte! ¡Por Tutatis!

Para colmo, cuando googleo el nombre del señor descubro que es un famoso empresario fúnebre ¡que está muerto desde febrero!

La terceridad, o tranquilamente: Tres son multitud

Tres veces tres que mi hermano debe presentarme a una señorita mientras estoy laburando en la compu en pijama. Evidentemente ya pasamos de la casualidad a la norma (pons). Comienzo a preguntarme varias cosas:

a) ¿No estaré pasando demasiados fines de semana en casa trabajando en pijama?
b) ¿No estaría bueno Buenos Aires si este muchacho se avivara de avisarme estas cosas con una mínima anticipación?
c) ¿Le estará quedando claro a mi adorado fratello tanto como a mí que nuestra forzosa convivencia tiene que llegar prontamente a su fin?
d) ¿Estaré costándole a mi hermano la estabilidad de sus relaciones por estos encuentros fortuitos con sus candidatas?
e) Consecuentemente: ¿será por una clara retribución kármica que paso demasiados fines de semana en casa trabajando en pijama?
f). (Chiste interno)

¿Justo ahora que estoy viviendo un momento "idílico" con mi vida "bohemia" de "somos los dueños del reloj" tengo que ponerme a pensar que a lo mejor debería volver a deprimirme lo suficiente para obligarme a buscar un trabajo horrendo que me ayude a generar ingresos suficientes para que reemplazemos esta Convivencia por un Piso compartido (geddit, geddit?)? Eso o aprovecho una de sus noches de juerga para cambiar la cerradura...

Gente que sí...

Sobre Peter Capusoto y sus videos pasen y léanla a ella: La televisión de alambre.

Sigo siguiendo Todos contra Juan...

Todavía estoy lejos de la argumentación elaborada, pero se me ocurre que si estuviera bien guionada, bien actuada y bien filmada sería un hito de la televisión argentina.
Vamos por partes, sigo sosteniendo que está muy, muy bien, eh. Me divierte mucho. Hay algo en el tono, en el registro, que a mí (y a otros ¿siete? como yo) me encanta. No quiero seguir insistiendo sobre lo obvio, pero ¡es una serie toda hecha de citas, parodias y guiños!
Pero no se puede dejar de decir que sin bien muchos diálogos son ingeniosos, tiene algunas dificultades con el guión, con el planteo del conflicto, con el diseño de los personajes. No en Juan, precisamente que es excelente, pero sí en su pandilla, y especialmente en Luz. Juan, a pesar de toda la ternura que despierta con su estereotipo de fracasado (25 mil puntos por la postura y el lenguaje corporal), es un sujeto abominable. ¿Por qué esa mujer bella, simpática, buena mina, con un buen laburo y con proyectos, con un novio (más o menos pelotudo, aunque más más que menos) sostiene esa relación con Juan? Me disculparán, pero esto es la maldición de Hollywood all over again: ¡la vida no es así! (O sí, es así, y me revienta).
Y si el juego con el documental apócrifo es simpático, por momentos queda a mitad de camino: no siempre parece que la cámara del documental sigue a los protagonistas (como sí sucede en The Office, por ejemplo), por momentos sólo parece una fotografía desprolija. Algo hace ruido. Tiene un efecto enunciativo de "acto escolar" que tiene su encanto, pero que es decididamente ajeno a cierto estándar visual televisivo contemporáneo.
Ojo, también es posible que estén recuperando estilísticamente la puesta en escena de Montaña Rusa. Si es así, si es adrede, me retracto y les sumo otros 25 mil puntos.

Aclaración innecesaria, insuficiente, impertinente

La cita a Castillo viene de una cadena de asociaciones libres de una charla jocosa con Nina. Podría haber copipasteado Tinta Roja, pero se me hace que Desencuentro tiene más que ver con mi estilo llorón. Estoy muy bien, eh. ¡Agradezco la preocupación por medios alternativos!

Este blog tiene dinámicas muy extrañas...

Si les contara de cierta gente que envía mails conciliadores con la vetusta táctica de esperar respuesta para asestar el (aparente) contragolpe... (Lo triste es que yo, que en el fondo soy buena, caigo). Cada minuto nace un premetafórico.

Si les contara de cierta gente que teje estratégicas excusas para "explicar" comportamientos execrables, que pueden ser desmontadas con extrema sencillez... (Lo triste es que yo, que en el fondo soy buena, me enojo y me entristezco por partes iguales). Cada minuto nace analfabeto emocional.

Desencuentro

Estás desorientado y no sabés
qué "trole" hay que tomar para seguir.
Y en este desencuentro con la fe
querés cruzar el mar y no podés.
La araña que salvaste te picó
-¡qué vas a hacer!-
y el hombre que ayudaste te hizo mal
-¡dale nomás!-
Y todo el carnaval
gritando pisoteó
la mano fraternal
que Dios te dio.

¡Qué desencuentro!
¡Si hasta Dios está lejano!
Llorás por dentro,
todo es cuento, todo es vil.

En el corso a contramano
un grupí trampeó a Jesús...
No te fíes ni de tu hermano,
se te cuelgan de la cruz...

Quisiste con ternura, y el amor
te devoró de atrás hasta el riñón.
Se rieron de tu abrazo y ahí nomás
te hundieron con rencor todo el arpón

Amargo desencuentro, porque ves
que es al revés...
Creiste en la honradez
y en la moral...
¡qué estupidez!

Por eso en tu total
fracaso de vivir,
ni el tiro del final
te va a salir.

Cátulo Castillo

¡Paren las rotativas!

"Hollywood tiene la culpa de todo"

Nina, pensadora argentina contemporánea.

Fin de semana de locos

Entre múltiples problemas graves, agudos y esdrújulos en las últimas 24 horas, después de horas de micros, ampollas, sillas rotas, desmayos, contusos, fracasos graves, agudos y obtusos (sobre todo obtusos), me gustaría destacar en mi condición de Scarface Reloaded por motivos absolutamente disímiles, que no sólo descubrí que Marco es, una de dos, un forro o un boludo, sino que el saludo (sobre todo entre ¿conocidos de años?, ¿amigos?, ¿colegas?, ¿condiscípulos?) es un género en franca desaparición. ¡Nada como un cambio de aire para descubrir altas muestras de mala educación!

En otro orden de cosas, la sinestesia: Rosario es agridulce.

¡Oh, qué contrariedad!

Me voy por 48hs. y el rancho se me llena de bichos. ¡Eso me pasa por no cerrar bien el mosquitero!
Un par de completos extraños premetafóricos (preclaras mentes de la última escoria del universo semántico) no puede contener la compulsión de comentar en mi blog de boluda anónima sin tener la mínima dignidad de inventarse un nombre propio ingenioso. ¡Qué dilema! ¿Debo cerrar este espacio para cederlo a una pluma notable o, en su defecto, a algún performer dadaísta? ¿O debo nefregarme por completo de tamaña muestra de mala leche y pereza mental? ¡Uh, no me decido! (Aclaración para los Hijos de un "notable" celebrado por sus remanidas ideas y mediocre pluma: "IRONÍA, IRONÍA").

Ahora lo importante:

Cinzcéu, Poligrilla: Leerlos, y saber que me leen, me alegra el día, siempre.

Todos con(tra) Juan

Hace mucho que no me reía tanto con una ficción nacional. Es un programa todo hecho de guiños. ¡Mi sueño hecho realidad! [Descubro América bastante tardíamente, no lo ignoro. (De hecho, he leído entusiastas críticas de fuentes autorizadas). Sucede el martes pasado no lo pude ver...] Y la cortina de Volver al Futuro... ¡Los McFlyers al poder!

Las palabras y las cosas

Este artículo de hoy en Página/12 se pregunta por qué causa gracia Bombita Rodríguez con una serie de reflexiones profundas, taaaan profundas que se hunde con el peso de su propia grandilocuencia. Yo me pregunto... ¿Cómo tomar en serio lo que sigue?:
"Bombita habla de la clase obrera, habla de la liberación nacional, habla de los explotadores y los explotados, habla de los burgueses y los proletarios, habla de la cultura popular, de la educación de las masas, del socialismo. Evidentemente esto nos hace reír. ¿Por qué en la década del ’70 estas cosas no hacían reír? No sólo no hacían reír. Hubo gente que tomó tan en serio todo esto, que llegó a vivir sólo para estas ideas, llegó a soportar torturas, llegó hasta a dar la vida (su propia vida... la única que tenían) ¿Cómo pasó?".
La apelación al golpe bajo es tan canalla que casi deja de provocar risa, lo que produce es más bien asco. Porque en términos argumentativos no podría ser más fácil desmontar el lúcido juicio: ¡Nadie se ríe de la liberación nacional, de los proletarios, de la educación de masas ni del socialismo!
Después de tan sólida hipótesis, lo que sigue es una exposición "sociológica", digna de un estudiante secundario (con pocas luces), que explica la caída de los grandes relatos en el "posmodernismo". Lo más interesante es leerlo tropezar con las grandes palabras con las que juega (las relaciones "opacas", las "certidumbres socavadas", la "aciaga derrota", la atractiva (y ociosa) acumulación de "certeza" y "certidumbre"). Finalmente, su conclusión se desarrolla en torno a la idea de que el efecto humorístico (ojalá lo dijera en estos términos) se produce por la articulación entre el anacronismo y la explicitación de la propia ideología (en una época en la que lo común sería ocultarla).
El problema, se me ocurre, es pretender responder sobre un efecto en reconocimiento sin tener una hipótesis clara en producción. Viale jamás intenta el más mínimo esbozo descriptivo de los sketches de Bombita Rodríguez dentro de Peter Capusoto y sus videos. No le preocupa su inserción de género, ni el estilo propio de Capusoto y de cierto estilo de época (¡el "posmodernismo"!) que rescata operaciones de cita, de parodia, de ironía, de humor más o menos absurdo, para construir la comicidad. Lo que vuelve ridícula su exposición es que procede todo el tiempo como si Bombita existiera, como si fuera un militante peronista recortado de su escena originaria y traído al presente por alguna máquina del tiempo. Descuidando en un mismo movimiento dos cuestiones fundamentales que, en cambio, jamás descuida el programa: por un lado, el juego hiperbólico y caricaturesco (jamás "realista"); y, por otro, que todas las escenas que se "conservan" de Bombita están, de alguna manera, mediatizadas (se trata de un documental, del trailer de alguna de sus películas, de un videoclip de sus temas de éxito), que garantizan la "distancia" sobre lo que muestran.
La cuestión de la temporalidad a la que alude, con el uso impropio del concepto de "anacronismo" (cabe aclarar, para cualquier distraído, que Bombita no es "anacrónico", como aquel "Enrique, el antiguo" en blanco y negro, que componía Francella), tendría más que ver, ya que gusta de la cita de autoridad, con la famosa fórmula que se atribuye Woody Allen, esa que postula que "Humor=Tragedia+Tiempo". E incluso esto con reservas, porque sigue quedando afuera un campo amplio de efectos de sentido ligado a un rasgo de configuración fundamental, contenido en la aposición "el Palito Ortega montonero".
Lo que nos hace reír no es Bombita, es "Bombita Rodríguez, el Palito Ortega montonero" como uno más de los "videos" de Peter Capusoto. La risa está en el gesto, en la mirada, y no en el personaje y, menos aún, en la "persona" (es ridículo hasta tener que explicitarlo, como si la construcción de Bombita fuera realista y la risa se disparara por su selección temática anquilosada de un pasado feliz y perfecto en el que "teníamos" conciencia de clase...).

Actualización: Ya nadie va a leer esto, lo sé, pero por las dudas aclaro. Acabo de darme cuenta de que por un fenómeno que no logro explicar este post es el primer resultado en Google cuando se busca el nombre del autor del artículo que agresivamente reseño, incluso antes que el propio artículo. La verdad, no corresponde... Imagino que llevará tiempo que salga del caché, pero con suerte ya nadie tendrá que leer mis exabrutptos como primera opción de nada.

Buena, pero no boluda...

El viernes, un señor que yo quiero (muy a mi pesar) volvió a tirarme mala onda de la mala-mala (de la peor clase, de la que no se entera de su core de malignidad) y a mí: no me importó. Entendámonos, me sigue doliendo comprobar qué difícil es ser constructivo; apostar a que el otro tenga un proyecto; respetar el esfuerzo, las ganas; acompañar un proceso de crecimiento. Pero creo haber aprendido a seguir adelante. Mi proyecto (en el más amplio de los sentidos) no necesita su aprobación. No tienen idea de lo liberador que es esto. (Para no olvidar la nota agridulce: cada vez me está costando más trabajo inventarme razones altruistas que justifiquen la contundencia del No. Ese trabajo constante, pienso ahora, sólo puede hablar de mi "bondad". Y me ayuda a resignificarme cuando tengo ataques de Grinch. Lo primero de lo primero de lo primero es alegrarse por el otro. Hacerse violencia sobre la propia negatividad. Apostar al sí. Siempre hay tiempo para el no, no se gana nada con cortar impulsos de raíz. El riesgo de convertirse en un boludo alegre es infinitesimal).

MI inconsciente 1/ La Señora 0

Después de largo tiempo de impertérritas dudas y cavilaciones, hoy me decidí a salir de casa en plan de levante descarado para asistir a un evento de un pseudo Marco. Cuando llego al lugar indicado (con inusitada producción, incluso), descubro que el susodicho evento fue ayer. Siempre, pero siempre, estoy en el lugar incorrecto en el momento equivocado. Ya ni me sorprendo.
Para evitar el impulso suicida en el subte de vuelta, aproveché que estaba en la calle Corrientes para ir a tomarme un reconfortante café especiado en El gato negro. Allí, mientras tejía nuevas estrategias vitales destinadas indudablemente al fracaso, presencié la llegada de Fernando Peña que luego de tomarse un ¡kirsch!, procedió a comprarse medio local en especias, hierbas, tés y cafés.

Veanlón...

Bombita Rodríguez contra los burócratas sindicales del espacio
(disponible en sutubo amigo)

PD. ¡Eh, Principito: individualista, burgués monárquico!

Yo sólo quiero ser del jetset

No quiero dejar de mencionar que esta tarde, mientras me hacía de unos libracos con el dinero-falso bienhabido en el transcurso de largas horas de edición del proyecto zombie que se niega a morir del todo (pero para el que ahora hay una bonita lápida editorial), pude presenciar la presentación del libro de Carmen Barbieri. Además de la edición número mil del "falso encuentro con famoso", qué buena manera de recuperar la perpectiva.

Dejo de regalo parte de mi botín del día:

Era una vez una Cucaracha llamada Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha llamada Franz Kafka que soñaba que era un escritor que escribía acerca de un empleado llamado Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha.
(Augusto Monterroso, La Cucaracha soñadora)

Con su correspondiente apoyatura visual: