Los otros (y la pura otredad)

"...creo que tengo derecho a poder verme de forma diferente a como me ven los demás, verme como me da la gana verme y no que me obliguen a ser esa persona que los otros han decidido que soy. "

Enrique Vila-Matas, París no se acaba nunca
"Tan común y tan corriente, muchachos, tan jodidamente satisfecho y, sin embargo.., ¿cómo decir..?, tan enteramente en paz consigo mismo, tan conforme con la vida que casi me dio envidia."
Paul Auster, La noche del oráculo
Iba a aprovechar la impunidad de este espacio para denostar a cierta pareja que conozco que en menos de seis meses de relación pasó en vuelo sin escalas de convivir a concebir. Pero, me arrepiento sobre la marcha, todo mi sarcasmo queda descalificado porque, sí, lo confieso, me dan un poco de envidia. Ojo, no quiero convivir (¡mucho menos concebir, dios de dios!), pero me asombra la aptitud de la gente para algo así como la "felicidad". Y mientras tanto uno, acá, adscribiendo a la teoría de que la felicidad es un efecto de sentido, un simulacro. Digo yo, ¿no tendrá razón "la gente"?
PD. Inauguro, en un rapto de generosidad, esto que he dado en llamar "Los otros", epígrafes de gente que siempre lo dice mejor. Hoy, oferta lanzamiento, dos al precio de uno.
PD2. Me descubro irascible y envidiosa, pero para compensar me consuela la soberbia: me congratulo por mis gustos literarios.

PD3. Sabrán disculpar el arranque adolescente del post anterior. Pero de ese gusto también me congratulo.

2 comentarios:

Cinzcéu dijo...

"¿No tendrá razón 'la gente'?". Ya mismo me lo apunto como ejemplo canónico de oxímoron.

Anónimo dijo...

Sí, sí, Cinzéu, como "paro activo". Pero que las hay, las hay...