Parte médico

Por tercera vez en lo que va del año (y sufro al recordar que aún no comenzó el invierno) estoy con arresto domiciliario por una infección en las vías respiratorias. Me interesa señalar dos cuestiones:

-Se ha vuelto indudable que debo, con caracter de urgencia, recurrir a un profesional de la salud mental para evitar el consumo frecuente de amoxicilina y sus derivados para el tratamiento de mi deteriorada salud física. (El hecho de que asuma livianamente que mis males no son más que elaboradas somatizaciones no hace más que confirmarlo).

-Mi apestamiento de esta semana no sólo me complicó una salida, dos cuestiones laborales y tres proyectos (uno de ellos, parte de un maquiavélico plan que estuve esperando para decidirme a implementar prácticamente dos años), también implicó reiteradas visitas de mi madre que es un amor, claro, pero sólo en dosis homeopáticas. De hecho, a la altura de la segunda visita no sólo volví a tener fiebre sino que se me complicó la faringitis con la aparición de una bellísimas placas. (Y me niego a aceptar que el hecho de que sea la evolución natural de estos estados pueda ser tomado como atenuante).

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