Marco, El candidato

"El propósito que lo guiaba no era imposible; aunque sí sobrenatural. Quería soñar un hombre: quería soñarlo con integridad minuciosa e imponerlo en la realidad. Ese proyecto mágico había agotado el espacio entero de su alma..."



Jorge Luis Borges, "Las ruinas circulares"





"Príncipe hecho entero sin pluma ni tintero, seis meses tamizando, seis meses amasando, seis meses deshaciendo, seis meses rehaciendo, ¡seis meses en un nicho y nos tomaremos los dichos!"




En la fábula calabresa "El príncipe pimiento", recopilada por Ítalo Calvino en El príncipe cangrejo.


Se impone, luego de la instructiva mención a The Friend Zone, una aclaración de otro concepto clave del idiolecto de este blog (y en la absoluta incapacidad de su autora para eso que llaman "la felicidad").

Marco, El candidato, además de un famoso programa de TV de los '90 protagonizado por Rodolfo Bebán, vendría a ser algo así como la encarnación de todos los atributos deseables en un candidato; la versión rioplatense de lo que los norteamericanos llaman The One.

Marco, El candidato funciona como parámetro de lo que una está dispuesta a "negociar" para segurarse el éxito (incluso "medido") de una relación en ciernes. Marco, El candidato es un animal mitológico, pero cientos de leyendas urbanas confirman su veracidad. (Siempre "la amiga de una amiga" lo encontró de casualidad en la parada del 137, en la cola de la AFIP, o comprando platos en un bazar...)


Cabe aclarar que no se trata de UN candidato. Marco es topoi sólo como casillero; la lista de atributos está abierta para ser completada a voluntad. Marco es, digamos, "la posibilidad del candidato".


Candidatos que nunca serán Marco:

-El torturadito: Artista. Sensible. Profundamente egoísta. Trastorno bipolar. En plan de levante descarado se declara materialista dialéctico pero pasa a citar a Hegel sin solución de continuidad. Acarrea cual talismán una copia ajada de Las flores del mal.


-El Buen muchacho: Eso. Nada más.


-Mr. Músculo: Galán maduro. Horas de gimnasio. Utiliza su biblioteca desactualizada para seducir a incautas jovenzuelas alborotadas por su sex-appeal barrial.

Yo conocí a Marco, El candidato. El balance perfecto entre la lista ideal de atributos fetichistas y la realidad. Pero, claro, se negó a colaborar.

3 comentarios:

Chica Almodovar dijo...

Aqui tengo un Marco, dos pesetas, y quince rupias.
Je que chiste bolú. No, bueno le quería decir aqui tengo un Marco, le presento al número 18 de francia, Jugador en el mundial de rugby.
Pase y mire.

Anónimo dijo...

Gracias por abonar a la teoría... Aclaro: el chongo deportista es a Mi Marco, Gente que no.

Chica Almodovar dijo...

Señorita Isa:

Guíenos un poco más hacia la Gente que si.
Dénos alguna pista para seguir intentando.