La ruptura del pacto ficcional es un tema que me divierte como consumidora y que me tienta como analista, pero no llego, lo acaricio apenas con la yema de los dedos y ya está un poquito más allá... ¿Por qué la misma semana en que se me ocurre hacerme la graciosa con apenitas una emergencia de ese juguete increíble, tengo que enterarme de que 15 días antes Casciari publicaba esto? Háganme el favor (háganse el favor) y vayan a leerlo a él.
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