Te quiero, bastante

Noto que se ha puesto de moda utilizar el vocablo "Estimados" para encabezar mails entre personas que no son necesariamente y siempre "estimadas". ¿De dónde salió esta costumbre? Recuerdo un uso pionero en una persona que, asumo, realmente estimaba a los destinatarios. Ese uso primigenio se estabilizó entre estos últimos pero ahora, destinado a "estimados" y a decididamente no estimados. Hoy noto que se ha estabilizado también en un ámbito por completo ajeno a esos primeros intercambios. Necesito preguntarme algunas cosas.

Primero, cuándo nos pondremos de acuerdo sobre las reglas para identificar al remitente y el destintario en el cuerpo de un mail. Si bien es cierto que para eso están las cuentas de correo, el viejo correo postal también identificaba los datos en el sobre y pese a eso a nadie se le ocurría no explicitar al destinatario o no firmar al pie. Aparentemente es un problema de la multipolaridad (si se me permite el exabrupto). Es bastante sencillo arrancar con "Fulano:" (pese a eso, muchas veces está ausente todo encabezado). Cuando los destinatarios son múltiples la cosa se complica. En general se evita cualquie encabezado, personalmente uso una variada serie de colectivos (Damas, Caballeros, Jóvenes, Muchachas/os, Gente, entre otros). En general no declaro mi cariño así, gratuitamente. (Aunque gente decididamente querida utiliza humorísticamente variadas fórmulas de Querida/ Queridísima yo no suelo apropiármelas, porque "Querida/ Querido" son epítetos casi insultantes con determinados tonos y colores propios la oralidad).

Lo que me lleva rápidamente a Segundo: ¿Cómo se establece esa gradación del afecto? ¿Qué es "Querido" y qué es "Estimado"?, ¿Cuál es el límite entre "Afecto", "Amor", "Cariño"? Afortunadamente me rodea gente querida que dice "Te quiero" y "Te quiero mucho" sin razón y sin problemas. Pero también personas que firman sus mails con la fórmula "Cariños". ¿"Cariños" es menos afectuoso que "Abrazo"? ¿Y que "Beso"? Personalmente, la palabra cariño me causa gracia. Me da la sensación de una muestra de afecto aparatosa, incómoda.

Ese es el problema, quizá. Esas aparentes muestras de afecto no son tales. Suele haber una barrera tremenda entre la estima y los "estimados". No pretendo sincericidios como "Apenas tolerados circunstanciales compañeros de trabajo:", "Si te he visto, no me acuerdo:" o "Hipócritas del mundo unidos:", pero, ¿estimados? Basta ya de esa farsa.

No hay comentarios: