Sigmund, teléfono

Hace dos días que no tengo tele. Los que me conocen saben la gravedad del asunto. Estoy débil sin mi diaria dosis de rayos catódicos. Para colmo, entre ayer y hoy me ví Lo que el viento se llevó y los seis capítulos de Orgullo y Prejuicio en la versión de la BBC. Nada como un buen atracón de Rhett Buttler y el Señor Darcy despatarrada en pijama en el sillón. Ahora no sólo estoy débil, además deliro con señores de sombrero, levita y aparatosos jopos enrulados muertos hace 100 años.



Me llevé calidad fotográfica a Marzo. Pero estoy celebrando que puedo seguir sacando foticas con el endiablado telefonito que defendí valientemente de los cacos. (Y sí, ahora escribo subordinadas de subordinadas, porque basta de "accomplished woman" si no me van a mirar así... Mañana mismo, clases de piano.)

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