El trabajo dignifica

En un claro ejemplo de pelotudísima cruzada ideológico-moral sigo eligiendo el desempleo ante la múltiples ofertas que me llegan con el canto de sirenas de la investigación de mercado desde el frente "enemigo". ¡Paren de llamar a casa con sus vanas promesas de sucios dólares!

Estoy recibiendo llamados de gente que nunca de nunca jamás tuvo mi teléfono. Estoy siendo recomendada por un sujeto con el que no trabajo desde que osó decirme vía mail al respecto de un prototípico trabajo "para ayer", cito: "No te duermas..." Una persona que no quiero ni un poquito (y estoy segura de que es recíproco) está dispuesta a "conversar" conmigo para ofrecerme un laburo free lance con continuidad (al que por supuesto, yo me niego). Hoy, en el colmo del ridículo, me acaba de llamar una persona con la que tengo cero onda elevada a potencias infinitesimales a ofrecerme un laburo, mencionando a un involucrado implicado, coligo, en un acto de altísima traición.

Conclusión uno: ¡A ver si empiezan a pagar mejor los laburos, señores! Nadie quiere laburar con ustedes porque son unos malditos chupasangres.

Conclusión dos: Reafirmo mi sabia decisión de no volver a laburar como grilladora, así mi vida dependiera de ello. Prefiero, recuperando un antiguo sintagma familiar ligado a la industria metalúrgica, dedicarme a "envolver manijas".

Conclusión tres: Sospecho que pese a la hipocresía con la que manejo estos intercambios, ya estarán dándose cuenta de no soy una opción "viable"... Me pregunto cuánto tardaré en arrepentirme, cuando haya clausurado prolijamente todas las posibilidades de "contactos" laborales en el rubro. ¡Tachame la doble!

Conclusión cuatro: ¿A qué carajo me voy a dedicar cuando por fin recuerde que "vivir de rentas" es no sólo impracticable sino además incompatible a mi extracción social?¡Conmigo pan y cebolla!


PD. Lo peor del caso es que estoy defendiendo un "deber ser" que a nadie le importa; y a quien le importa no le importa que a mi me importe y aún cuando le importara que a mi me importe, no se entera. Es, a las claras, una win-win situation. O sea: una nueva manifestación de "soy pobre, pero honrada", enarbolando estúpidamente mi condición de "mártir"...

¡A ver si compran mis estampitas cuando salgan, eh!

1 comentario:

Cinzcéu dijo...

Lo que se dice un mal día, ¿eh? Iba a ofrecerle un trabajo para ayer que se paga muy mal pero, eso sí, con suerte a 90 días. Mejor no le ofrezco nada. Si sigue diciendo que no y que no, un día no la llamará ni esa mina que avisa que está impaga la última factura telefónica. Entonces, se anotará uno al as, dos al dos y así, mientras con la otra mano envuelve manijas. Pobre, quizás, pero digna. Saludos.