El temita este de las TICs (ya de nuevas no tienen nada... Son más nuevas que el telégrafo, claro) me viene perturbando desde hace tiempo. Tratando de entender lo que internet nos legó (el experimento de lectura y escritura de blogs es parte del proceso) me topé con Twitter. Se supone que uno se conecta y ¿postea? una especie de haikus de no más de 140 caracteres. No termino de entender para qué sirve ese registro del "estar haciendo" (aunque puede ser una muestra significativa de registro de la vida cotidiana del bobo tecnológico promedio); lo más grave es que los propios participantes tampoco terminan de entender de qué va. Hoy, después de meses de seguir varias cuentas (todas de bloggers que leo cuando tienen ganas de desarrollar una idea +140) por fin encontré algo que, lejos de proponer una respuesta, al menos propone una idea divertida para usar esa herramienta. La idea dentro de Tuitiar (la comunidad Twitter argentina) se llama Tuitilibros. Rayuela Project está reproduciendo la novela línea a línea (de a 25 o 30 twits diarios). Ya van por el capítulo 28 (por la página 175 de la edición de Sudamericana del '94. Sí, lo busqué, soy así de enfermita); calculan que van a terminar en noviembre del 2008. Por mi parte, los voy a linkear acá a la derecha, porque esas líneas sueltas me resultan un delicioso oráculo; la forma perfecta de un I-ching personal.
Rayuela: todos los juegos, el juego
Publicado por Isa el 11/23/2007
Etiquetas: Consumiendo industria cultural
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario