No sólo de amargas quejas vive el hombre, pero casi

Vuelvo a abrir el Querido blog: para apuntar que no sólo de sorpresas desagradables están hechos los vínculos. Me acaba de responder una serie de mails una persona famosa (ella) en mi ámbito ¿laboral? por su extrema colgadez y desapego con algunas normas elementales de las relaciones sociales. Su efecto enunciativo de genuino interés, ánimo y disposición a la ayuda me tiene conmovida. (También me han respondido generosamente otros mails pedigüeños, coligo que internet es mi hábitat natural).

Ahora sí, la queja: mi sacrosanta carrera ha vuelto a demostrarme que hará hasta lo imposible para limitar in extremis cualquier tipo de éxito académico que me proponga (por humilde que sea). No voy a cambiar toda mi vida para que ustedes no me escuchen, muchachos... Gracias por nada, eh.


PD. Necesito hacer aclaraciones adicionales porque el Querido blog: lo leen personas inteligentes que despliegan estrategias abductivas que señalan a otra persona otra que suele ser mentada por aquí como enviadora de mails. Yo ni siquera lo había pensado. ¡Qué increíblemente efectivos son algunos antídotos!

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